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Una monja y una conducta bastante inapropiada

  • Foto del escritor: Amalia Torres
    Amalia Torres
  • 18 mar 2018
  • 8 Min. de lectura

Hoy me siento bendecida. He visto una obra de arte creada por algún tipo de ser divino con la única finalidad de hacer que los televidentes sientan unos profundos e irrefrenables deseos de arrancarse los ojos de cuajo.


La peli de hoy se llama «Bad Sister» en su versión original y «Conducta inapropiada» en su traducción al español. Si juntamos los dos títulos podemos tener una más que acertada sinopsis del telefilm que hoy nos ha llevado a, probablemente, unos dos o tres espectadores hasta las puertas del paraíso.


La protagonista es una señora muy herrrrmosa que se enamora de un chiquillo que hace vídeos en Youtube cantando con una guitarra y que se está sacando el bachiller en un cole muy prestigioso que es DE MONJAS. Ahí, la prota, a quien a partir de ahora llamaremos La Loquísima, ve un filón, porque descubre que una nueva monja va a incorporarse a la plantilla del Saint Andrews (este nombre me lo he inventado; a vosotros no puedo mentiros) y tiene la genial idea de MACHACARLE LA CABEZA CON UNA LLAVE DE FONTANERO y robarle la identidad, tras tener una amable conversación con ella.


La Loquísima, ya con su nueva caracterización de novicia, llega al colegio de superprestigio y lo primero que hace la madre superiora, que además es la única monja que trabaja allí además de ella y del cura que oficia la misa, es presentarle al cantante de Youtube -¡qué pocas luces!-. Ella, loca de contenta, se mete en su habitación y abre la maleta de monja que tiene y se ríe mucho mirando la ropa interior de monja, que son unas bragas la mar de cómodas, blancas y sin costuras. Entonces, para que todos veamos su personalidad pícara y locuela -TOTALMENTE LOCA DE LA CABEZA- lanza contra la cama la comodidad de las bragas sobaqueras de monja y saca de su propio bolso un precioso conjunto de los de Intimissimi de lencería de encaje roja. Este conjunto lo veremos en numerosas ocasiones a lo largo del telefilm. Es ahora cuando abre el portátil y se pone a ver vídeos del youtuber cantante y a darle besos a la pantalla -REAL-.


El chico youtuber, además de una guitarra, tiene una hermana muy lista y muy estudiosa que quiere entrar en una buena universidad y que está como mosqueada con La Loquísima porque «no puede ser que una monja no sepa la oración de antes de empezar las clases, con lo ESTRICTOS QUE SON ALLÍ CON ESO». También, tiene a una rubia que se sienta detrás de él en clase, que tiene un pintalabios de la marca Zorra tóxica (os prometo que esto es de verdad) y que se pasa las horas insinuándole que ojalá yacieran juntos algún diica. Claro, a mi prima La Loquísima monja falsa se la llevan los demonios -ay, ¡cucha qué poco bíblico!- porque ella se entera de todo. La Loquísima se vuelve más loca si cabe, pero localocalocaloca de las que aprietan tanto el rosario que se hacen sangre en la mano. Entonces, traza un plan que empieza por decirle al youtuber que se pase por su habitación después de clases, a lo que él responde que eso está prohibido, pero ella le dice que si le invita ella, no (??). Total, que ella lo deja todo preparado, se va a su habitación de monja y, dejando la puerta estratégicamente entornada, se despelota, quedándose con su sexy conjunto de Intimissimi y una batilla de raso, muy poco de monja; se pone a echarse cremica en las piernas y se coloca los cascos del mp3, como haciéndose la que no se da cuenta de nada. A todo esto, claramente, mi primo el de las covers de Youtube pasa por allí y, a través de la ranura de la puerta, se encuentra con que la sierva del señor está más buena que unas castañas asás y se va de allí corriendo, a tener sueños de esos de los que te despiertas con el miembro empalmadillo.


El siguiente paso para deshacerse de la rubia que se sienta detrás del youtuber es colocarle UN PORRO dentro del libro de Historia a la criatura. Así, en clase, La Loquísima pidió a los alumnos que abrieran el libro para corregir los ejercicios y se encontró con el papelón -literal- que ella misma había preparado. Las monjas (que en realidad son solo ella y la otra) están dispuestas a perdonar cualquier cosa, excepto, A LO MEJOR, la posesión de drogas ilegales en la escuela de Saint Andrews (ya estoy otra vez). Es así como la rubia que se sienta detrás del youtuber es expulsada. Pero aquí no acaba la cosa. Para chequear que no esté ocurriendo algo parecido a nadie más, deciden registrar todas las habitaciones y... OMG SURPRISE! Descubren que el cantante youtuber tiene una botella de brandy Soberano debajo del colchón y que, como ya imaginaréis a estas alturas, había puesto allí nuestra amiga La Loquísima. Cuando el claustro escolar -que siguen siendo las dos monjas y el cura- insinúa que el youtuber debe ser expulsado, La Loquísima lanza un llamamiento a la misericordia ya que el alcohol NO ES ILEGAL y pide que, en lugar de expulsarlo, se quede realizando trabajos de jardinería para la escuela de superprestigio con el equipo docente más escaso de toda la zona de Minnesota.


Aquí hemos llegado ya a un momento en el que la "monja" loquísima está más cachonda que un adolescente con Instagram y decide meterse directamente en la habitación del chiquillo youtuber y quitarse el hábito para que el muchacho vea sus mechas californianas y su conjunto lencero rojo de Intimissimi que lleva siendo el mismo desde que abrió la maleta el primer día. El cantante del Youtube se muestra reticente al principio, porque no concibe lo de tirarse a una monja, pero como la otra está más buena que las croquetas de mi madre, decide dejar de pensar en minucias como que tener relaciones sexuales con una sierva de Cristo es un pecado como una catedral.


En estos momentos, La Loquísima ha alcanzado ya unos niveles de locura que escapan a la percepción humana; es como los infrasonidos para los perros, pero de la locura. Abraza el portátil cada vez que ve un vídeo del youtuber que canta, lo persigue allá donde vaya y le pone caricas de deseo muy poco cristianas, se agazapa entre los setos de su casa y espía sus conversaciones telefónicas... El chico que no puede con la culpa de pensar que está cediendo ante el pecado de lujuria, va a confesarse a la capilla del colegio más vacío de Norteamérica, en donde, OH SORPRESA, esperaba La Loquísima dispuesta a echar un casquete de confesionario. Tras este abandono a los placeres de la carne, el youtuber le dice que lo mejor es que se dejen de gilipolleces que lo que están haciendo es más raro que yo bebiéndome SOLO UNA cerveza; pero La Loquísima tiene un as en la manga: un vídeo de su primer encuentro sexual que ella misma grabó en secreto con su propia Blackberrie. La falsa y supersexy monja usará a partir de ahora este vídeo para chantajear a su novioporcojones.


Tenéis que saber que todo este drama, en el que sexo y religión se dan la mano y lo que no es la mano, está construyéndose sobre los cimientos de OTRO DRAMA todavía mayor: el de la vida familiar del chiquillo youtuber. Unos padres con unas muy altas expectativas sobre el futuro de sus hijos convierten el calor del hogar en un auténtico infierno; porque no son capaces de comprender que lo que realmente quiere nuestro amigo ES CANTAR y dedicar su vida a la música y no a una estúpida universidad; porque si no intenta darle una oportunidad a su sueño de ser el Rubius de la guitarra acústica, no se lo perdonará jamás. Imagino que no tengo ni que contaros lo mal que canta, pero ese es tema para otra fiesta.


Entonces, algo ocurre. La rubia que se sentaba en clase detrás del que canta ES READMITIDA EN EL COLEGIO, porque estaría en posesión de drogas ilegales, pero también era la hija del mayor inversor de la escuela. La Loquísima no puede soportar volver a verlos hablar y, en vez de cambiarlos de sitio y sentarlos a cada uno en una esquina de la clase, que es lo que habría hecho cualquier «seño» real, decide colarse en su cuarto mientras se está duchando y romperle la cabeza contra el alicatado del baño, lo normal en la vida de La Loquísima, vaya... Lo que más me ha gustado de esta escena tan GRATUITAMENTE VIOLENTA -os juro que he tenido que cerrar los ojos de lo basta que ha sido- es que cuando la rubia se ha desplomado contra el plato de ducha con el cráneo hecho añicos, La Loquísima, ya sola y hablando para sí, coloca una pastilla de jabón junto al cadáver y dice: «¡Uy, qué resbaladiza puede llegar a ser una ducha!». Una ducha, dice... PERO QUE ACABA DE CONVERTIRLE LA CABEZA EN UN PUZZLE DE LOS QUE TE REGALAN EN LOS HUEVOS KINDER. Bueno, al parecer esta apreciación solo la hice yo, porque los forenses también confirmaron que había sido un accidente (???).


El youtuber asiste al funeral de su amigovia de clase, mientras mira de reojo a la «monja» loquísima y, temiendo que todo esto empeore, decide contarle el secreto a su hermana empollona.


En estos momentos, la madre superiora, que ya sí se había dado cuenta de que La Loquísima no se sabía las oraciones, la cita en su despacho para exigirle explicaciones sobre sus mentiras y para preguntarle que adónde iba todas las noches cuando se escapaba del colegio con excusas SUPERCUTRES. La Loquísima, no puede permitirse que la descubran y hace una de las suyas: LE REVIENTA UN CRUCIFIJO EN LA CABEZA. Al mismo tiempo que está teniendo lugar la pelea de monjas más deprimente de la historia, los hermanos se cuelan en la habitación de La Loquísima y descubren un ordenador en el que hay muchas fotos de una monja diferente -la monja cuya identidad estaba usurpando y a quien literalmente nadie echa de menos en toda la peli- y llegan a la BRILLANTE conclusión de que La Loquísima NO ES UNA VERDADERA NOVICIA. Tras este momento espectacular en el que la empollona y el youtuber descubren el Mediterráneo, ambos corren a avisar a la madre superiora, a quien suponemos ya en estado de descomposición. Evidentemente, en lugar de eso, dentro de la PROPIA CAPILLA, se encuentran a La Loquísima, quien, ni corta ni perezosa, asesta un golpe -nada mortal para lo que nos tiene acostumbrados- a la hermana empollona, que permanece en el suelo sollozando. Entonces, en un brutal giro de los acontecimientos, representando el milagro que nos estaba faltando en esta ELABORADÍSIMA historia, aparece LA MADRE SUPERIORA con apenas unos rasguños en la frente (?). Las monjas se vuelven a enzarzar en una batalla de rosarios y el cantante youtuber se saca UN PUTO DESTORNILLADOR del bolsillo (aquí yo estoy ya living) y apuñala mortalmente a su PROPIA MONJA SEXY AMANTE.


Tras este traumático acontecimiento, NO OCURRE NADA. La siguiente y última escena es la de los padres del cantante youtuber regalándole una guitarra el día de su graduación en señal de «aceptamos que no te hagas ni una selectividad si tu verdadero sueño es ir a Eurovisión». Aquí todos ríen y las diferencias familiares quedan como un sutil, borroso y desagradable recuerdo del pasado, PERO NADA MÁS.


Y, bueno, pues ya estaría. Esta ha sido la película. Espero que os haya gustado tanto que consigáis descargarla para poder verla con vuestros propios ojos, porque nada me extrañaría que no hubierais creído ninguna de mis palabras. Yo no puedo hacer otra cosa más que prometeros que esta película ha sido real y que, en cuanto ahorre una mijilla, tendré que pagarle a un psicoterapeuta para superar todo esto.


Os quiero un poco. Gracias por leer hasta aquí, guapos. MUAIN


 
 
 

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